sábado, septiembre 02, 2006

La Clepsidra de Azarquiel

Venus y Saturno amanecen sobre Sevilla (27-08-06)
Cámara Pentax, Objetivo 1:5,6/55 , Película Werlisa 100 ISO, Tiempo 1/2"


Cuentan las crónicas, que uno de los astrónomos españoles mas ilustres fué nuestro Señor el Rey Don Alfonso X, apodado El Sabio en su tiempo. Aunque sea así, hay que reconocer que el trabajo mas importante de este monarca en el campo de la astronomia, fué mas organizativo, impulsor, mas de mecenazgo y tutela, que de investigador propiamente dicho.
¿Entonces, cual fué el mas preclaro pensador astrónomo de aquella época? Muchos hay que podrian ostentar tal título; pero hay uno en particular que quizás lo merezca mas que otros: Ibn al -Zarquellu, cuyo nombre al pasar al castellano se transformo el Azarquiel.
Había nacido en 1029 en Toledo, donde residio casi toda su vida, aunque debido a la conquista de la ciudad, hubo de traladarse Córdoba en 1085, donde sirvió y trabajo para el principe sevillano al-Mutamid. En Córdoba estuvo hasta su muerte el 15 de Octubre de 1100, hace ahora casí un siglo (906 años).
Como buen artesano, se especializó en la elaboración de instrumentos astronómicos que le encargaba el cadí toledano Ibn Said; el cual al darse cuenta de la valia de nuestro hombre lo acogió bajo su protección, enseñandole todo cuanto sabia de la ciencia del firmamento. Esta enseñanza se transformó prontamente en una mejor realización del instrumental que fabricaba, tanto es así que inventó la Azafea de Azarquiel, un tipo de astrolabio perfeccionado; para el cual escribió un tratado llamado "Tratado de la Azafea", que junto con sus llamadas "Tablas Toledanas" permitian en todo momento calcular la posición de los planetas.
Otras obras de Azarquiel son: "El Almanaque Ammonio", "Influencia y figuras de los planetas",
"Suma referente al movimiento del sol" y el "Libro de la lámina de los siete planetas". Pero su mayor creación, según el geógrafo granadino al-Zurhi (m. 1137), traducido por Pascual de Gayangos en el siglo XIX, fué la llamada : CLEPSIDRA DE AZARQUIEL.
Ni mas ni menos, estamos hablando de dos relojes de agua, que eran capaces de medir el tiempo tanto de día como de noche, y además calculaban las fases de la Luna. Nadie sabia su funcionamiento. Bien es verdad, que cuando la Luna era nueva, se llenaban a razón de la mitad de un septimo por día, haciendolo así hasta dos semanas, y el día 15, empezaban a decrecer a razón de la misma cantidad hasta el dia 29, que la Luna de nuevo era nueva.¿Como se alimentaban de agua? Es una incognita, ya que si alguien sacaba agua de la clepsidra, esta se reponia automáticamente.
Estuvieron funcionando hasta noviembre de 1133, en que fueron desmontadas por mera curiosidad del monarca de Toledo, y ya jamas se pudieron recomponer.
Este comentario que hoy escribo, lo hago para hacer justicia a los astrónomos españoles de origen arabe, que han sido los transmisores e impulsores de toda la sabiduria astronómica de los griegos y pueblos antiguos; y que gracias a los cuales esta ciencia ha pervivido a traves de los siglos, aunque como se vé en la fotografia, hoy no sea necesario usar las antiguas Tablas Toledanas ni la Clepsidra de Azraquiel, gracias a la nueva tecnología, para guardar en la "retina electrónica" una conjunción de dos planetas a menos de 0,3º.