sábado, mayo 20, 2006

. . .Y ellas siguen ahí

Diapositiva de la zona del Águila. Autor José Antonio Hernández
(Secc. Fotografía C. Inglés, Edif. Duque) Kodachrome 800 ISO


Hace ya mucho tiempo . . . .
Así podía comenzar cualquier historía terrena que nos propusieramos contar, fuese de la índole que fuese. La vida está llena de historias, de cuentos, de relatos, mas o menos bellos, mas o menos aleccionadores, mas o menos moralistas. . .
Pero hay un relato, que se sale de lo común. Hay un relato que nadie puede contar con todos los fundamentos necesarios, porque estos se desconocen, aunque cada día se esclarezcan mas. Y es ni más ni menos, el relato que daría contestación a las preguntas que muchos nos hemos hecho en la vida, y que Paul Gauguein supo plasmar con supremo arte en su pintura:
¿Quién somos? ¿De donde venimos? ¿A donde vamos?
Muchos analistas ya han hecho el relato y han contestado, si no a todas, si a alguna de las tres preguntas. Por ejemplo, Carl Sagan dijo que estabamos hechos de polvo de estrellas. Si habeis leido a Isaac Asimov, vereis que en sus libros se pergeñan multitud de historias, pero todas encaminadas a abrir mentes y contestar estas preguntas. Y en los textos Sagrados, de todos es conocida la frase: "Hombre, polvo eres y en polvo te convertiras". En el fondo, los astrónomos en general, si miran y estudian el cielo, es para poder contestar también a ellas. Kepler, Herschel, Copernico, Hale, Galileo, Newton, Roemer, Flamsteed, Halley, Bradley, Dollond, Lacaille, Laplace, Gambart . . . Todos, fueran o no creyentes, cuando se acercaban la magnificencia de la creación a traves del ocular de su telescopio, sentirian seguramente el mismo sobrecogimiento de alma que yo siento.Para el que nunca lo haya hecho, es casi imposible explicarlo.
Bernard Le Bouvier de Fontenelle, en su libro: "Conversaciones sobre la pluralidad de los mundos", pone en boca de él mismo y de su interlocutora la marquesa, el siguiente diálogo, comparando las estrellas y los planetas:
". . . Sería preciso que una cosa hubiera pasado a través de muchas generaciones de hombres, una tras otra, para empezar a dar alguna señal de inmortalidad. - Verdaderamente - dijo la marquesa-, veo a los mundos bien lejos de poder pretenderlo. No les haré siquiera el honor de compararlos a ese jardinero que dura tanto en opinión de las rosas; no son sino como las rosas mismas, que nacen y mueren en un jardín unas despues de otras, pues yo cuento conque si desaparecen estrellas antíguas aparezcan otras nuevas . . . "
Verdaderamente, es muy dificil contestar aún las preguntas. Pero si hay una cosa cierta: Ellas siguen ahí.